A diferencia de los felinos que son cazadores o depredadores en el reino animal, el caballo es presa o animal «predado». Es por esto que es bien dificil ver observar a un caballo durmiendo ya que
instintivamente se mantiene alerta para detectar algún tipo peligro y poder reaccionar a tiempo. En raras ocasiones, podemos verlos echados, esto es, echado sobre su esternón (recostado esternal), sus costillas y sobre su abdomen sin recargar ninguno de los costados en el piso, con las manos flexionadas bajo el pecho y las patas dobladas bajo el abdomen y hacia un lado. Algunos caballos poseen un sistema de descanso en pie (dormitando). En esa postura, una tensión de tendones y ligamentos que bloquean las articulaciones permite que uno de los miembros posteriores se mantenga en extensión mientras el otro se halla flexionado, descansando; y, luego de un tiempo, intercambia de posición logrando que todos los miembros descansen. En esta posición, el ritmo cardiaco y respiratorio es menor.
Un estudio realizado en años recientes en un Haras, a la observación de los sementales ubicados en pesebreras, los resultados promedio de la actividad en las 24 horas del día fueron los siguientes:
Hablando de los caballos Pura Sangre, pese a ser una raza de sangre caliente cuyo temperamento los caracteriza por estar alerta, también se puede apreciar la sensación de hallarse muy despejados y llenos de vigor, características fundamentales en cualquier deportista. Nunca dan la sensación de haber pasado una «mala noche». Esto se debe al tipo de vida que tiene el caballo dentro del Hipódromo, donde los cuidados brindados y las comodidades son meticulosamente observados, precisamente para garantizar que el descanso del caballo sea en un entorno de tranquilidad, sin tensiones y factores que los puedan alterar.
Fuente: + Cotas Magazine – Dr. Sabino Arias